El suelo está seco y el ambiente húmedo. La ropa, mojada, se pega al cuerpo. Se arruga y forma pequeñas bolsas de sudor. Las gotas resbalan por la espalda. Te pica todo el cuerpo. Como no, si la selva está llena de bichos. Caminas. En silencio. Son cuatrocientos kilómetros de espesa vegetación. Algunos rayos de … Sigue leyendo Angkor, susurros de una ciudad perdida